EL SALTO, A TRAVÉS DE UN SUEÑO
La noche anterior a mi cumpleaños 55 tuve un sueño de un Barco que aparecía en el Cielo, de manera imponente, como si fuera una película de ciencia ficción.
De hace muchos muchos años que tengo fascinación por los sueños. Tengo miles de sueños anotados. Desde los 20 años de edad que hago terapia (como paciente), pero fue con mi actual Psicóloga Junguiana Mirta Lunansky que pude profundizar en entender el mensaje de mis sueños.
No somos totalmente libres ni dueños de nuestra conducta. Un ejemplo son los olvidos, olvidos de hechos de nuestra infancia, de nuestra historia, de las llaves de la casa, de nombres, esto nos muestra como algo no aparece en nuestra consciencia porque se reprimió por alguna razón, y ese contenido sigue estando en nosotros, pero en el inconsciente. Todos los contenidos reprimidos están en el inconsciente. Entenderán que no puedo explicar aquí la naturaleza y funcionamiento de esta parte compleja y misteriosa de la psique humana: el inconsciente. Pero pueden figurarse que allí están todos nuestros deseos, impulsos e intenciones; todas las percepciones e intuiciones, deducciones y premisas, y toda la variedad de emociones. Y ese material puede tornarse en inconsciente parcial, temporal o constante. Y los que nos interesa es que es allí en donde se gestan los sueños, allí vive nuestro geniecillo creador de sueños.
Los sueños son mensajes mediante símbolos que nos envía nuestro geniecillo, pero en forma de metáfora, de un cuento, una historia a veces muy loca, de la cual entendemos muy poco, la coherencia lógica, aquí no existe. Intentare en este texto darle sentido a mi sueño, analizándolo por partes, para luego ver el mensaje final.
Al Barco lo asocio al agua, y el agua a las emociones, ya que las emociones como el agua, nos inundan, nos dan vida. El agua es algo blando, pero con una fuerza inmensa debido a su persistencia, una gota que cae sostenidamente sobre una piedra la llega a agujerear. El agua como las emociones nos puede hacer explotar si no tiene una salida. El agua también se asocia al inconsciente, porque el mar con su hondura es de una profundidad que nos es difícil de abarcar, recorrer y conocer en su totalidad.
Bueno, pero en el sueño el Barco no está en el agua, está en el Cielo.
¿Y que representa el Cielo?
El Cielo es el espacio abierto, el vacío, lo incomprensible, lo que está más allá de nosotros, de lo humano, por eso se puede relacionar con los espiritual. El Cielo es donde están supuestamente nuestros seres queridos que ya partieron, es donde habitan los Dioses y donde los Astros y las Estrellas nos guían. En el Cielo está nuestra Mente más elevada, más refinada, más sutil. En el Cielo esta nuestra Supraconciencia, que nos permite un entendimiento mayor del que tenemos en nuestra vida cotidiana.
Y el Barco también es “movimiento”, el barco es un vehículo, que nos permite ir de un lugar a otro. Un Barco está seguro en la costa, amarrado en el muelle, pero no fue construido para quedarse quieto y seguro.
Este es mi sueño, pero podría ser el de cualquiera.
¿Qué sugiere este sueño?
El sueño tiene tantos mensajes como personas puedan interpretarlo, no es un único mensaje.
A mí me sugiere, el moverse, el saltar de nivel, sin descuidar las emociones. El unir lo bajo, lo terrenal, lo cotidiano, con lo alto, lo superior, lo espiritual. Es un ascender, un integrar.
Cuando elevamos nuestro nivel de conciencia, las emociones no desaparecen, solo se hacen más sutiles. Nos seguimos enojando, pero ya vemos nuestro enojo, no nos posee, no nos domina, la identificación disminuye. Nos seguimos enamorando, pero ya no nos perdemos en el otro. Nos seguimos poniendo triste, pero no es algo a escapar o tapar, no nos deprimimos, abrazamos la tristeza pura. En el Cielo hay “vacío”, un vacío que nos puede asustar, a mí me asusta, no hay nada de que aferrarse, perdemos el sentido, y mientras más controladores hemos sido, más descontrol sentimos. Es un vacío que nos traga, y si el miedo nos gana lo intentaremos llenar con algo, con ruido, con personas (amores adrenalínicos o aburridos), con libros, con wasap, con comida, alcohol, azúcar, acción, frases espirituales o positivas, viajes, series, sentirse especial, sentirse víctima, cualquier cosa, cada uno sabe sus trampas. No podemos imaginar que el vacío puede llegar a ser un “vacío fértil”. Si toleramos, si permanecemos en el vacío lo suficiente podemos trascender la desesperación y la inquietud, y surge el silencio, la soledad y la unión con todo, la paradoja de la vida se hace tan patente. Y el anhelo de placer sigue y el dolor de las heridas también, pero pueden estar como telón de fondo, no como figura. Y el movimiento sigue.
Este sueño, me invita a moverme, a dar un salto al vacío, como el Loco del Tarot, pero es un avanzar en otro nivel, en el nivel del Cielo, no tiene que ver con logros terrenales. Mi Ego no me lo hará fácil, no le gusta la danza de la vida, es demasiado arriesgado para él, se desespera si pierde el control. No puedo solo, como el Barco, necesita que alguien lo dirija (el yo superior, la conciencia, el Sí Mismo), además el Barco puede llevar otros pasajeros, y está vinculado con todo lo demás (el agua, la tierra, el cielo, las emociones, lo cotidiano), y vuelve a surgir la paradoja, porque aunque la ayuda y la compañía es necesaria, el Salto es personal, individual.
Tiene sentido para mí, tiene sentido compartirlo.
Y quizás, a lo mejor lo tenga para vos también, y te aliente a escuchar tus sueños, y mejorar tu diálogo con tu inconsciente que es donde está tu Alma.